En los últimos años, Colombia ha hecho uno de los esfuerzos más importantes de su historia para construir, ampliar y mejorar sus colegios y espacios educativos, por medio del Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa (FFIE). En este texto le contamos qué significan las obras entregadas en los últimos meses.
Levantar cualquier tipo de edificio requiere una larga lista de materiales, permisos, equipo humano y dinero. Hacer esto en varios territorios dispersos en Colombia, sobre una de las geografías más retadoras, diversas y extensas es aún más desafiante. ¿Por qué hacerlo si resulta tan costoso y difícil?
Las escuelas con mejores espacios y recursos facilitan un aprendizaje más efectivo en niñas y niños, reduciendo la deserción y aumentando la probabilidad de que completen la educación primaria y continúen la secundaria. Así lo ha explicado la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), desde el Segundo Estudio Regional Comparativo y Explicativo en 2006.
La Unesco también ha expuesto que hay una relación positiva entre el acceso y conexión a los servicios públicos, los espacios pedagógicos y académicos, y los puntajes o resultados de los estudiantes en sus evaluaciones.
Sin embargo, el escenario para América Latina no ha sido muy alentador, ni antes ni después de la pandemia, que dificultó aún más las obras de construcción. En nuestra región del mundo, el 25% de los estudiantes de educación básica asiste a colegios con infraestructura suficiente; el 75% no lo hace, de acuerdo con el Tercer estudio de la misma Unesco.
Es decir, uno de cada cuatro estudiantes tiene las infraestructuras mínimas para aprender de manera óptima, mientras que tres de cuatro no cuentan con ellas. La suficiencia está relacionada con el acceso a seis categorías básicas: agua y saneamiento, conexión a servicios públicos (electricidad, internet, acueducto), espacios pedagógicos o académicos (salones especializados), áreas de oficinas, zonas de uso múltiple y equipamiento de las aulas.
Asimismo, casi un tercio de los alumnos de básica va a escuelas con dos o menos de dos categorías de infraestructura suficientes para su bienestar; en otras palabras, estas niñas y niños latinoamericanos acuden a centros educativos que pueden tener agua y electricidad, pero no tienen internet, bibliotecas, áreas deportivas o laboratorios; otros tienen un escenario más difícil: van a escuelas que no tienen electricidad ni acueducto.
Más aún, los análisis de la Unesco muestran profundas inequidades en el acceso a infraestructura educativa adecuada según la región (rural o urbana), el nivel socioeconómico de los estudiantes y la zona geográfica de la sede educativa. Sólo el 5% de los estudiantes rurales asisten a escuelas con categorías en nivel suficiente, frente a un 62% que lo hace en el sector privado urbano.
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¿Cómo está la infraestructura educativa pública de Colombia?
En el país hay 43.729 sedes educativas oficiales para preescolar, básica y media, que están bajo la responsabilidad de las Secretarías de Educación.
De estos colegios, 35.221 (80%) están en zonas rurales con gran dispersión y son de mediana y pequeña escala, frente a 8.508 (20%) que están en áreas urbanas, según los datos del Ministerio de Educación Nacional para 2022.
Estas escuelas atienden a 8’073.119 niñas, niños, adolescentes y jóvenes. De ellos, 5’785.694 (72%) están en zonas urbanas y 2’287.425 (28%) en las áreas rurales.
A este panorama hay que sumarle que, algunas de estas sedes cuentan con residencias escolares para alojar a los estudiantes que no logran hacer el recorrido de su casa al colegio todos los días, por las largas distancias, las dificultades en el transporte y las complicaciones en época de lluvias. Algunos profesores también deben permanecer en las escuelas durante días o semanas. La infraestructura debe facilitar estas dinámicas.
Pese a los datos anteriores, el país no tiene claridad precisa del estado real de su infraestructura educativa, pues no se venía registrando con rigurosidad la información en el Censo de Infraestructura Educativa Regional (CIER), para saber qué obras se venían realizando o se deberían hacer.
Se tenía conocimiento que una gran cantidad de sedes no contaban con la propiedad o legalización de sus predios y que más de la mitad de los colegios tenían entre 30 y 40 años de antigüedad, lo que generaba unas necesidades de mantenimiento que pueden variar según las condiciones geográficas, climáticas y al cuidado que le hayan dado con el paso del tiempo.
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Información, divino tesoro
En marzo de 2022, el Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa (FFIE) aplicó una encuesta de percepción, cuyos resultados permitieron realizar un diagnóstico sobre el estado de la infraestructura.
El FFIE encontró 52.823 sedes registradas en el Sistema de Matrícula (Simat) del Ministerio de Educación: 17.175 urbanas y 35.648 rurales de 1.041 municipios. Para esta encuesta, el FFIE consultó a los equipos de profesores y directivos de 15.458 sedes en 779 municipios de los 32 departamentos. Con ello estableció que:
- 95% estaban hechos en concreto, ladrillo o bloque de cemento.
- 91% cuenta con ventilación e iluminación natural.
- 85% no cuenta con accesos para personas con movilidad reducida.
- 77% considera que la calidad del espacio es muy buena, pero que el estado de la edificación está mal o muy mal.
- 47% de las escuelas tiene acceso vehicular sin pavimentar.
- 43% de esas construcciones había recibido mantenimiento hace más de cinco años.
- 41% de los edificios de los colegios tenían más de cuarenta años de antigüedad.
- 21% de los colegios están a 15 minutos caminando de zonas de impactos negativos como bares, moteles, plantas eléctricas, rellenos sanitarios, etc.
- 13% tiene acceso peatonal sin pavimentar.
En cuanto a servicios públicos:
- 79% no cuenta con servicio de gas, lo que dificulta servir comida caliente o preparada en el sitio.
- 70% de los colegios cuentan con servicio público de agua.
- 62% recoge las aguas residuales mediante pozos sépticos.
- 61% no cuenta con servicio de recolección de basura.
- 60% no está conectado a internet.
- 55% no tiene acceso a agua potable.
- 18% no recibe agua de manera permanente.
- 11% tiene energía eléctrica de forma intermitente.
Con esta información, el FFIE aportó datos claves para las Secretarías y las Entidades Territoriales Certificadas (ETC), para identificar sus necesidades en materia de infraestructura educativa y para priorizar las intervenciones orientadas a la construcción, ampliación y mejoramiento de las instituciones educativas.
Meses de construcciones: décadas de educación
Para el FFIE, esta encuesta no fue mera información, sino que le permitió tomar decisiones para cumplir su misión.
El Fondo fue creado para dar respuesta como política nacional a las necesidades de infraestructura educativa para las niñas y los niños del país, para impulsar la calidad educativa y permitir la jornada única de las presentes y futuras generaciones de los colombianos.
Mediante convocatorias, las instituciones educativas del país presentaron sus proyectos para recibir atención en su infraestructura educativa. Con los datos de la encuesta, el FFIE priorizó las obras que debían atenderse con mayor prontitud y que podían desarrollarse con efectividad.
Desde el inicio de sus labores, el Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa ha entregado obras en 1.601 colegios, con una inversión de 3,368 billones de pesos, que benefician a 717.605 niñas, niños y jóvenes colombianos en 578 municipios, 138 de ellos con categoría PDET, en los 32 departamentos del país.
En cuanto a colegios nuevos o ampliados, el FFIE ha entregado 419 sedes educativas para 352.222 estudiantes, con una ejecución de 3,064 billones de pesos en 200 municipios de 27 departamentos.
Otras 1.182 sedes educativas han sido mejoradas para acoger a 365.383 estudiantes en 502 municipios de todo el país, con una inversión de 304.414 millones de pesos.
Los obras educativas que el FFIE le ha entregado a los colombianos representan un fuerte avance para el Estado frente a los demás países latinoamericanos y un norte para seguir garantizando el acceso digno y de calidad a la educación de millones de ciudadanos.
Los resultados del primer semestre de 2024
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Durante los primeros seis meses de este año, el FFIE construyó y renovó 238 colegios en zonas urbanas y rurales, con una inversión de 334.343 millones de pesos, en un esfuerzo de ingeniería, gestión pública y trabajo articulado.
En estos meses, 78.525 niñas, niños y jóvenes colombianos empezaron a disfrutar de los 84.921 metros cuadrados construidos, un área que equivale a más de seis veces el área de la Plaza de Bolívar en Bogotá, 2,7 veces el Parque de los Pies Descalzos en Medellín o 5,6 veces la Plaza Jairo Varela de Cali.
En estos colegios, el FFIE habilitó 1.166 aulas: 434 nuevas y 641 mejoradas. Además de los tradicionales salones de clase, el Fondo construyó espacios especializados para impulsar el aprendizaje práctico y el bienestar no solo de estudiantes, también de docentes y administrativos. Entregó: 94 cocinas; 93 comedores; 56 zonas administrativas; 43 aulas de tecnología, innovación y multimedia; 33 zonas recreativas; 33 laboratorios integrados; 31 bibliotecas; 29 aulas polivalentes; 28 dormitorios; 23 aulas múltiples; 16 aulas de bilingüismo, y 1.132 baterías sanitarias.
Los resultados del FFIE son muy positivos y son uno de los mayores y más consistentes avances en infraestructura educativa en las últimas décadas en Colombia.
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