Con el mejoramiento de la infraestructura educativa rural, se realizan intervenciones en los ambientes que componen la sede educativa, cocinas, comedores y residencias escolares, para reparar el deterioro físico por el uso, desgaste, antigüedad, emergencias, factores ambientales, falta de mantenimiento, uso inadecuado y cambios de destinación. Estas intervenciones se concentran en el saneamiento básico, las instalaciones hidrosanitarias, las instalaciones eléctricas, cubiertas, carpintería, pintura, revestimientos, intervención, y reconstrucción o ampliación de sedes, entre otras.
Entre los criterios para la asignación de las obras se contemplan: colegios ubicados en las zonas con mayores índices de pobreza multidimensional (IPM) y con mayores necesidades básicas insatisfechas (NBI), los municipios localizados en las zonas con Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PEDET) y en las zonas más afectadas por el conflicto armado (ZOMAC), inversión histórica de recursos realizada por el MEN en los municipios, sedes en municipios de frontera, sedes en municipios Bicentenario, desempeño fiscal, sedes que funcionan o tienen implementada la jornada única y sedes que funcionan o tienen implementadas estrategias pedagógicas asociadas con proyectos productivos, entre otros.
El mejoramiento de esta infraestructura educativa no solamente contribuye a que los niños, adolescentes y jóvenes cuenten con mejores ambientes de aprendizaje, sino que facilita y estimula el desarrollo de estrategias contra la deserción escolar, mediante el desarrollo de acciones orientadas a facilitar el acceso y estimular la permanencia de los estudiantes en el sistema educativo oficial, para que logren trayectorias completas.