La Amazonía no es solo es la selva más grande del mundo. Sus bosques, llanuras, manglares y costas se extienden por siete millones de kilómetros cuadrados y ocho países, y en estos habitan casi 37 millones de personas: 9% de ellas son indígenas de 420 pueblos.
De ese total, ocho millones son niñas, niños y adolescentes entre los 6 y 17 años, en edad escolar, según los datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Sobre esta región están las miradas del mundo, pues es clave en la lucha contra el cambio climático. La Amazonía alberga el 10% de la biodiversidad mundial conocida: 6.000 especies de animales y al menos 40.000 especies de plantas, más de 10.000 de estas últimas tienen usos médicos, cosméticos o control biológico.
A este tesoro de vida se suma que la Amazonía recoge el 20% del agua dulce líquida del planeta, que despliega en los llamados ríos voladores, que inciden en las lluvias desde Colombia hasta la Patagonia en Chile. Es considerada el pulmón del mundo, ya que tiene el 10% de las reservas de carbono almacenado, con lo que estabiliza el clima mundial.
A pesar de esta valiosa y abundante riqueza natural, las comunidades del Amazonas necesitan y buscan un nuevo modelo de desarrollo que les permita garantizar la sostenibilidad socioeconómica, superando el enfoque extractivista, en equilibrio con la protección ambiental.
Frente a esta necesidad, se requieren herramientas desde el sistema educativo para todas las etapas de la vida. Para ellos, es necesario superar desafíos educativos como el acceso a los colegios, la calidad y la pertinencia cultural.
El 6% de la Amazonía se encuentra sobre el territorio colombiano, en donde el Ministerio de Educación Nacional está desarrollando acciones para responder a los retos del sector.
Las cifras de la educación en el Amazonas colombiano
En 2023, el departamento del Amazonas registró el mayor descenso en la matrícula de estudiantes del país, con un -7,1%, de acuerdo con cifras del Banco de Desarrollo para América Latina (CAF). Esto indica que hay un aumento en la deserción escolar.
El 93% de los colombianos termina la educación primaria y 72% la secundaria. En Amazonas hay una fuerte diferencia en la finalización de la secundaria respecto al promedio nacional: solo 64% de estudiante finalizan esta etapa escolar; en las zonas rurales la cifra se reduce al 52%.
Los estudiantes de la región están cursando los grados escolares con retraso. La tasa de extraedad, es decir la edad por encima de la esperada para cursar un grado, es mayor a la del resto del país: en Colombia es del 15%, frente al 20% en la zona urbana del Amazonas y el 28% en el área rural.
La tasa de fecundidad adolescente de jóvenes entre 15 y 19 años en Colombia es de 46 embarazos por cada mil nacimientos; en Amazonas es de 61. Se sabe que tener acceso y permanencia en el sistema educativo incide en la reducción de embarazos adolescentes.
En el Amazonas, los colegios están lejos de casa
Varias investigaciones muestran que la construcción de escuelas puede llevar a aumentar el número de años de escolaridad y los salarios de los estudiantes al salir del sistema. (Duflo et al., 2021)
En Amazonas, las largas distancias a la escuela son la explicación para que el 21% de menores en edad escolar no estudien la primaria y para que el 17% no haga la secundaria; las cifras en el resto del país son del 8% y el 5% respectivamente.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el 29% de los residentes de la Amazonía (los ocho países), de entre 10 y 19 años, se encuentra a más de cinco kilómetros de la escuela secundaria más próxima y, en promedio, la distancia entre el hogar y la escuela es de 6,8 kilómetros.
La evidencia científica indica que la calidad de la infraestructura educativa puede motivar aumentos de hasta el 60% en las tasas de asistencia de los estudiantes (Leithwood y Jantzi, 2009; Schady y Paxson, 1999), mientras que la falta de acceso a servicios básicos incide en un aumento de los niveles de violencia y discriminación, así como en menos oportunidades de aprendizaje (Duarte et al., 2011) y mayores tasas de abandono escolar (Hallack et al., 2018).
Construir colegios en el Amazonas
En la zona rural de Leticia, la capital del departamento, se encuentra el resguardo de Macedonia, en donde habitan indígenas tikuna, cocama y yagua. Allí, el Ministerio de Educación Nacional, por medio del Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa (FFIE), construyó la nueva sede de la Institución Educativa Francisco de Orellana.
Son 2.162 metros cuadrados de espacios educativos para 459 niñas y niños. El Estado invirtió 16.121 millones de pesos, 12.640 millones aportados por el Ministerio de Educación y 3.481 millones por la Gobernación, en una apuesta por construir un colegio resistente al cambio climático, sostenible y que respondiera a las dinámicas de la comunidad.
Los materiales que se emplearon garantizan que los salones tienen una mejor respuesta frente a las olas de calor y altas temperaturas de la zona, un factor clave para mejorar el aprendizaje y el rendimiento cognitivo, y garantizar que no se deben acortar las jornadas de clase debido al calor.
Se instaló un sistema de recolección de aguas lluvias para garantizar el suministro del líquido, tanto para las necesidades de limpieza como para los requerimientos alimenticios, para lo cual también se empleó un sistema de potabilización de agua.
Las aguas residuales o servidas se someten a un tratamiento mediante láminas filtrantes, que utilizan diversas capas de materiales y bacterias especializadas para descomponer la materia orgánica y devolverle a la tierra el agua limpia, sin contaminar ni afectar la calidad de los suelos, caños y el río.
Durante los Diálogos Regionales Vinculantes (DRV), en octubre de 2022, los representantes del Amazonas le pidieron al Gobierno Nacional que concentrara sus acciones en la calidad de educación para los estudiantes rurales.
Con la construcción de este colegio, el Ministerio de Educación avanza en el cumplimiento del Plan Nacional de Desarrollo – Colombia Potencia Mundial de la Vida, que le apunta a garantizar el acceso escolar promoviendo ambientes de aprendizaje para el desarrollo comunitario, la vida y la paz, y la oferta educativa diversa.