Con recursos del Fondo de Programas Especiales para la Paz de la Presidencia de la República, el Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa (FFIE) desarrolló obras para mejorar la sede de la IE La Unión, que acoge a 2.300 niñas, niños y jóvenes en Belén de Bajirá, en el Urabá chocoano.
El nombre de Belén de Bajirá se hizo frecuente en las noticias por ser un territorio disputado entre Chocó y Antioquia. Esta contienda fue resuelta en 2023, cuando el Instituto Agustín Codazzi (IGAC) finalmente determinó que Bajirá es un municipio chocoano y no un centro poblado antioqueño.
Un colegio dividido en dos departamentos
El colegio La Unión tiene doce sedes, algunas estaban en jurisdicción de Antioquia y otras en territorio chocoano. “Nuestra institución jugó un papel importante en esa situación. Hoy, gracias a Dios, ya se aclaró ese conflicto”, expresa Ignacio Mosquera, su rector.
“Desde el aula, nosotros en el área de Geografía, les explicábamos a los jóvenes, a los padres de familia, cuál era el territorio del municipio de Riosucio y del departamento de Chocó, y las definiciones del Agustín Codazzi. Los estudiantes de la institución que venía administrando Antioquia, se sentían antioqueños. Había conflicto entre estudiantes. Nos tocó jugar un papel entre rectores y hacer actividades conjuntas”, cuenta Mosquera.
Belén de Bajirá tiene una población de 27.000 personas; 2.300 de éstas son niñas, niños y adolescentes que estudian en la IE La Unión, alternando 18 aulas en tres jornadas. Necesitarían 22 salones adicionales para desarrollar la jornada única. Las clases del énfasis agropecuario deben ser dictadas en varios terrenos dispersos en el municipio.
“La educación aquí es superior, tiene muchas ventajas: las clases agrícolas, uno puede salir con doble diploma”, explica José Armando Díaz Orrego, personero del colegio.
En los casi 2.000 kilómetros cuadrados de Bajirá hay una extensa red de ríos, caños y conexiones al mar. Es una tierra con enorme potencial para la agroindustria y la ganadería, pero también para la extracción de metales como oro, cobre y níquel.
A finales de los años 90 e inicios de los 2000, su riqueza no pasó desapercibida para los grupos armados y para quienes les financiaban. Ese territorio fértil se convirtió entonces en escenario de cruentos episodios del conflicto armado. Muchos de los crímenes más recordados fueron protagonizados por las Autodefensas Unidas de Córdoba y Urabá, que desplazaron y despojaron de sus tierras a miles de campesinos. Diferentes investigaciones académicas y judiciales han demostrado que no fue sólo un proyecto contrainsurgente sino también con propósitos económicos.
🏫En el año 2000, la Institución Educativa La Unión en Belén de Bajirá nació como refugio para su población desplazada por la violencia.👦🏾👧🏾
🤝Con una inversión de $1.168 millones de @fondopaztotal renovamos esta emblemática sede y aportamos a su historia de resiliencia.🎥 pic.twitter.com/f4ulfd9eyv
— FFIE (@FondoFFIE) January 15, 2024
Infraestructura educativa para responder al territorio y a la paz
El Fondo de Programas Especiales para la Paz de la Presidencia de la República destinó 1.168 millones de pesos para que el Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa desarrollara obras de mejoramiento de los espacios educativos de la IE La Unión, buscando generar mejores condiciones para acceder al derecho a la educación.
Gracias a esta inversión, fueron intervenidas y habilitadas trece aulas de básica y media, un aula de tecnología, un aula múltiple, una zona administrativa y baterías sanitarias, comedor, cocina y una cancha. Además, la comunidad se sumó pintando y decorando algunos de los espacios.
“Podemos sentir un nuevo ambiente para poder lograr grandes cosas como el desempeño de nuestras actividades en el salón y avanzar más en el desarrollo de los niños”, manifiesta con alegría el personero Díaz Orrego.
Mosquera concluye diciendo que: “Nuestra institución estaba en una condición muy precaria y ya -con estas mejoras- nuestros estudiantes, profesores, padres de familia y comunidad en general se sienten a gusto de estar acá. Nos ha fortalecido mucho desarrollar el modelo etnoeducativo llamado “Champalanca pedagógica”, que nos permite enseñarles a los muchachos sus raíces, de dónde vienen, sus costumbres y que puedan entender la cultura de las otras etnias”.
Con una inversión de más de 36.600 millones de pesos del Fondo de Programas Especiales para la Paz, el Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa desarrolla 45 proyectos de obra en Arauquita (Arauca); Carmen del Darién, Belén de Bajirá y Riosucio (Chocó); Sardinata y Tibú (Norte de Santander); Puerto Solano y San Vicente del Caguán (Caquetá); y en Barbacoas y Tumaco (Nariño). Más de 7.000 niñas, niños y jóvenes serán beneficiados.
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